jueves, 11 de abril de 2013

La Revolución Rusa y la URSS

La Rusia zarista
Al empezar el siglo XX, Rusia era un país atrasado económica y socialmente. La mayoría de la población está constituida por campesinos pobres y en los escasos núcleos industrializados los obreros viven en penosas condiciones. Le sigue una clase media de propietarios rurales (kulaks) y profesiones liberales, y por encima una burguesía enriquecida por la explotación minera e industrial y una minoría de aristócratas latifundistas.
El sistema político es la autocracia zarista. El poder lo ocupaba el zar Nicolás II, de la dinastía Romanov, hombre de personalidad débil. Para facilitar el dominio sobre un país tan grande y con un sistema social tan injusto, la religión cristiana ortodoxa predicaba la sumisión al zar y la resignación.
En 1905 -después de la derrota sufrida frente a los japoneses  hubo un intento de revolución.  (1º Revolución) El descontento social se manifestó con huelgas, protestas y rebeliones militares. Aparecen ya los primeros soviets o consejos. El zar, asustado, hizo concesiones políticas como la formación de un Parlamento: la Duma.
En cuanto pudo organizar un ejército y recuperar su poder dictatorial, anuló las promesas de libertad y aplastó a los soviets. La revolución había fracasado. Pero la oposición al régimen zarista continuó creciendo, dividida en varias tendencias: los liberales de origen burgués, los socialrevolucionarios y el Partido Socialdemócrata (de carácter marxista y dividido, a su vez, en mencheviques y bolcheviques).
1917: la revolución bolchevique

El intento revolucionario de 1905 fue como un ensayo general. En 1917, la revolución resultó ya imparable. Los desastres, la incompetencia militar y la miseria ocasionados por la participación de Rusia en la I Guerra Mundial provocaron en febrero de 1917 la caída del zar.
Se formó un Gobierno provisional, de carácter liberal-democrático, que acabaría presidiendo Kerenski. La capital de Rusia cambió su nombre de San Petersburgo a Petrogrado. Pero el Gobierno provisional fue muy impopular: se negó a sacar a Rusia de la guerra y fue incapaz de poner orden en el país. Los soldados desertaban del frente, para volver a sus tierras.
En esas condiciones de desorganización total, los bolcheviques -la facción del Partido Socialdemócrata dirigida por Lenin- desencadenaron la fase siguiente de la revolución en octubre. Ocuparon los centros más importantes de la capital y asaltaron el Palacio de Invierno, sede del Gobierno provisional.
El poder pasó al Gobierno de los Comisarios del Pueblo, presidido por Lenin, el líder indiscutible. Sus primeras medidas fueron la retirada de la guerra (mediante la firma de la paz con Alemania) y el reparto de tierras a los campesinos. Era necesario ganarse a éstos para que la revolución pudiese triunfar.
El partido bolchevique pasó a llamarse Partido Comunista, se creó el Komintern (III Internacional) para coordinar el movimiento comunista mundial, y se procedió a la eliminación gradual de los grupos opositores, tanto de derecha como de izquierda.
La construcción de la URSS
Los bolcheviques habían tomado el poder, pero tenían que construir el primer Estado socialista del mundo, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), cuya capital se instaló en Moscú. El camino para alcanzarlo pasó por estas etapas:
1.-La guerra civil y el comunismo de guerra.
Sectores contrarios a la revolución trataron de derribar el poder bolchevique con el apoyo de las potencias occidentales. El resultado fue una terrible guerra civil (1918-1920). Para hacerle frente se creó el Ejército Rojo revolucionario y se estableció una férrea organización: el comunismo de guerra (nacionalización de sectores económicos claves, militarización del trabajo, requisa de cosechas...). Los comunistas consiguieron derrotar a sus enemigos.
2.-La Nueva Política Económica (NEP).
La guerra civil dejó destrozado económicamente el país. En 1921, Lenin aceptó la introducción parcial de medidas capitalistas para recuperar la producción: permiso a los campesinos para vender parte de sus cosechas en el mercado y fomento de pequeñas empresas artesanales y cooperativas. Aunque muy discutida, la NEP se mantuvo hasta 1927.
3.- El Estalinismo.
A la muerte de Lenin (1924) estalló una lucha por el poder, cuyos protagonistas fueron Trotski y Stalin. El vencedor fue este último, quien a partir de 1927 impuso su propia política: “el socialismo en un solo país”.

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